Sopa de Piedras


Marcia Brown (1947. Un historia para reflexionar acerca de la importancia de compartir en los momentos difíciles que nos toca vivir

Hubo una vez hace muchos años, un país que acababa de pasar una guerra muy dura.

Como ya es sabido, las guerras traen consigo rencores, envidias, muchos problemas, muchos muertos y mucha hambre. La gente no puede sembrar ni segar, no hay harina ni pan. Cuando este país acabó la guerra y estaba destrozado, llegó a un pueblito un soldado agotado, harapiento y muerto de hambre. Era muy alto y delgado.

Golpeó la puerta de una casa y cuando vio a una dueña le dijo: "Señora, ¿no tendría un pedazo de pan para un soldado que viene muerto de hambre de la guerra?" La mujer lo miró de arriba a abajo y respondió: "Pero ¿estás loco? ¿No sabes que no hay pan que no tenemos nada?, ¿Cómo te atreves?" Y a empujones con un portazo lo saco fuera de la casa.

Pobre soldado. Prueba fortuna en una y otra casa, haciendo la misma petición y recibiendo a cambio peor respuesta y peor trato. El soldado, casi desfallecido, no se dio por vencido.

Cruzó el pueblo de punta a punta y llegó al final, donde estaba el lavadero público. Halló a unas cuantas muchachas y les dijo: "¡Eh, muchachas! ¿No habéis probado nunca la sopa de piedras que hago?" Las muchachas se rieron de él diciendo: "¿Una sopa de piedras?; no hay duda de que estás loco"

Pero había unos chicos que estaban espiando y se acercaron al soldado cuando éste marchaba decepcionado: "Soldado, ¿Te podemos ayudar?", le dijeron.

¡Claro que sí! Necesito una olla muy grande, un puñado de piedras, agua y leña para hacer fuego". Rápidamente los chicos fueron a buscar lo que el soldado había pedido. Encendieron el fuego, pusieron la olla, la llenaron de agua y echaron las piedras. El agua comenzó a hervir. "¿Podemos probar la sopa?", preguntaron impacientes los chicos. "¡Calma, calma!" El soldado la probó y dijo: "Mmmm... ¡qué buena, pero le falta un poco de sal!" "En mi casa tengo sal", dijo un chico. Y salió corriendo por ella. La trajo y el soldado la echó en la olla.

Al poco tiempo volvió a probar la sopa y dijo: "Mmmm... ¡Qué rica!, pero le falta un poco de tomate". Daniel, uno de los chicos fue a buscar unos tomates y los trajo enseguida. En un momento los chicos fueron trayendo cosas: papas, lechuga, arroz y hasta un trozo de pollo. La olla se llenó; el soldado removió una y otra vez la sopa hasta que de nuevo la probó y dijo: Mmmm... es la mejor sopa de piedras que he hecho en toda mi vida.

¡Vengan, vengan; avisen a toda la gente del pueblo que venga a comer! ¡Hay para todos! ¡Que traigan platos y cucharas!" Repartió la sopa.

Hubo para todos los del pueblo que, avergonzados, reconocieron que si bien era verdad que no tenían pan; juntos podían tener comida para todos.

Y desde aquel día gracias al soldado hambriento, aprendieron a compartir lo que tenían.

EL CAMINO DEL INVERSIONISTA


Este libro ha sido escrito para esas miles de personas que desean dar bienestar y felicidad a sus familias, sin tener que renunciar a disponer del tiempo suficiente para disfrutar de la vida y estar presentes en la
educación y crecimiento de sus hijos.

Para quienes intuyen que hay algo más allá que trabajar mecánicamente todos los días. Que sienten que existe un camino para la autorrealización y la prosperidad y están dispuestos a encontrarlo.

Hemos escrito estas páginas pensando en esas personas que se han interesado en los negocios, pero nunca han recibido educación financiera ni empresarial. Por ello toda la información aquí contenida, ha sido
elaborada y transmitida en un lenguaje sencillo, sin complicaciones. En cada línea se ha puesto acento en lo práctico más que en lo teórico, se ha privilegiado analizar las soluciones más que los problemas y se ejemplifica con casos reales de fácil comprobación.

Indice:

1.La Educación Financiera 7
2 El Dinero en su Vida 11
3 Los Negocios Llave en Mano 43
4 Mente Inversionista 53
5 Los Sueños de la Clase Media 69
6 Los Objetivos del Inversionista 77
7 Las Oportunidades del Mercado Inmobiliario 97
8 Cómo Generar Dinero, incluso Endeudándose 119
9 Su Plan de Inversiones 135

Hernán Herrera y Daniel Brown
Los Autores: Como autores, creemos firmemente en las utopías.
Es más, pensamos que cada persona, cada comunidad y la humanidad completa deben alimentar permanentemente las utopías. Sin embargo, también
creemos que es necesario trabajar sobre esas utopías para sacarlas del ámbito de los sueños y convertirlas en realidad.

Convencerse que es posible una vida mejor es el primer paso para luego ponerse objetivos, aprender, hacer planes, implementarlos y sacarlos adelante.

No importa si es empleado, independiente o empresario, como tampoco su nivel de estudios o el ámbito en donde labora. En cualquier caso, usted puede iniciarse y desarrollarse en el camino del inversionista, aun cuando piense que no cuenta con los recursos suficientes para ello.

Estamos seguros que este camino es una gran alternativa para concretar nuestros sueños de prosperidad y que está abierto para todo aquel que lo
quiera transitar.